No es ningún secreto que uno de los sectores que más se ha transformado a lo largo de los tiempos es el primario y, en particular, la agricultura. Los sistemas arcaicos, salvo ciertas técnicas que han sido mejoradas, han quedado atrás. Si bien ya se habían dado importantes booms en el sector a nivel de innovación para los distintos sistemas de cultivo y recursos empleados, esto se ha intensificado durante el último medio siglo con la incorporación de la última tecnología agraria. Sin embargo, es cierto que estos impresionantes cambios han conllevado algunas amenazas para nuestro planeta.
Hoy en día, ya somos plenamente conscientes de que necesitamos soluciones agroquímicas que puedan mejorar el rendimiento de los cultivos sin que por ello dañe sobremanera a la biodiversidad de nuestro planeta. Tanto a nosotros como seres humanos, como a los distintos ecosistemas.
¿Qué podemos hacer al respecto?
Algunas de las soluciones que se pueden llevar a cabo en relación a esta situación son a nivel de mantenimiento como, por ejemplo, conservar el estado natural del suelo a través de técnicas tradicionales de cultivo, desechando otras más invasivas, y, sobre todo, apostando decididamente por el uso de fertilizantes agroquímicos con el mínimo impacto medioambiental.
Todo ello respetando la biodiversidad, reduciendo al mínimo los efectos de los gases tóxicos, potenciando las técnicas de reforestación y posibilitando un sembrado de distintas variedades que tenga una alta resistencia a tormentas, inundaciones, sequías, plagas o cualquier otro problema endémico que ha existido siempre en torno a cultivos de distinto tipo.
Por otra parte, también será importante establecer un programa acertado en la prevención y el control de plagas, impulsado todavía más el propio crecimiento natural con los productos agroquímicos adecuados. Pesticidas, plaguicidas y otros productos que no generen una alta toxicidad o requieran de una aplicación excesiva. Por supuesto, sin olvidarnos de los recursos hídricos, pudiendo reutilizar el agua a través de equipamiento o una planta específica para ello.
Elige los productos agroquímicos adecuados
Por ir todavía más allá, debemos tener en cuenta todo lo que supone, a nivel tecnológico y de recursos empleados, la monitorización y el seguimiento que permita medir el impacto real de cada producto o solución para el sector agroquímico que produce sobre nuestro medio ambiente. Y medirlo con fidelidad y exactitud.
Muchas empresas deciden no hacer un control exhaustivo, algo a toda vista imperdonable y que puede llegar a incumplir normativa vigente. Por eso, es importante confiar en una empresa que ofrezca soluciones que encajen con todas estas características.
Es cierto que estamos refiriéndonos a un nicho muy concreto, por lo que no es sencillo encontrar una empresa especializada y que se adecue a estas exigencias, que puedan ofrecer productos y soluciones específicas para la agricultura, que sean respetuosas con el medio ambiente y que a su vez potencien las condiciones óptimas para cualquier tipo de cultivo.
Por eso, queremos recomendarte los servicios de Morera, una empresa con una larga trayectoria, ya que fue fundada en 1965 y que centra su trabajo, actualmente, en la investigación de nuevos productos agroquímicos. Ofrecen soluciones innovadoras que ya han sido adoptadas con éxito en el sector.