A un detective privado casi siempre se le asocia a la figura del popular detective ficticio británico Sherlock Holmes con su gabardina, pipa, lupa y sombrero muy peculiar; como también a los personajes de las series televisivas norteamericanas que investigan casos delictivos. Pero son personas reales que ayudan a los que necesitan sus servicios.
En ocasiones se presentan complicaciones en áreas de la vida de una persona bien sea por razones laborales, familiares, financieras, sociales, en fin por múltiples razones en las que se puede ser víctima, agresor o cómplice de situaciones que ameritan ser investigadas más a fondo, ya que se necesita sean aclaradas porque en la mayoría de los casos está en juego algún tipo de interés económico, emocional o laboral que casi siempre se debe llevar al plano legal para llegar a acuerdos o sentencias decisivas. Ante estas circunstancias muchas de las personas optan por contratar individuos que se dedican a la investigación privada con el fin de servirle de forma particular a una persona, compañía o corporación, siendo estos personajes hasta apoyo para cuerpos policiales, abogados y órganos de justicia.
El difícil quehacer de los detectives privados y las peripecias de usar sus técnicas e instrumentos
El trabajo investigativo del detective privado, no es solamente para recolectar y obtener información, sino que también realiza los procesamientos y análisis de evidencias recolectadas, debe usar además su razonamiento deductivos para inferir y comprobar sus pruebas y conclusiones. Por todo esto, los detectives dedicados responsablemente a la investigación como profesión son conocidos por sus acciones de investigación e inteligencia a nivel privado; aunque en ocasiones los entes gubernamentales pasen por desapercibidos todo el trabajo ejemplar, puntual, documental y sustentable con pruebas audibles y visuales que realizan estos profesionales de la investigación y sin alusión de ofender desacreditan y desvaloran por su condición de “privados”, beneficiándose de la labor de inteligencia realizada por estos investigadores y asumiéndolas como propias aprovechándose de su posición o cargo gubernamental y legal.
Cabe destacar algo digno de recordar, como que España se considera hoy en día uno de los países más seguros a nivel mundial, considerando que una parte de esta noble estadística es gracias al trabajo arduo de los detectives privados españoles que asumen su compromiso resolviendo un notorio porcentaje de los casos investigados por diversas índoles delictivas; ellos en su gran mayoría buscan profesionalizarse para llevar a cabo su labor de una manera más eficiente y a su vez poder tener el certificado que lo avale para poder así colaborar con sus investigaciones y declaraciones en el ámbito público legal y judicial.
En este país uno de los principales requisitos para ser reconocido como un detective, es cursar estudios en la universidad cumpliendo la cantidad de años exigidos, haber culminado el grado de Criminología y por último terminar con la especialidad de detective privado. En todo este transcurrir de capacitación se especializan en contenidos sobre psicología e inteligencia, grafología, seguridad integral, métodos de investigación y criptografía, grafotecnia, vigilancia y seguimiento, medicina y biología forense, investigación privada, identificación y búsqueda de información, procedimientos administrativos, entre otros temas, siendo capacitados por especialistas egresados de escuelas de formación de seguridad e inteligencia; obteniendo un diploma certificado que los acreditan, habilitan y permiten servir de apoyo a los órganos de administración judicial y seguridad ciudadana; a través de su Tarjeta de Identidad Profesional expedida por la Dirección de la policía y guardia civil. Esta capacitación tan completa los convierte en los detectives mejor formados de toda Europa, aunque con todo esto no les sea permitida su contribución en delitos públicos punibles; prohibición que restringe sus acciones investigativas.
Estos detectives privados sin embargo no se limitan de llevar a cabo su quehacer investigativo en:
– El campo familiar y particular: disputas de custodias, asignación alimentaria, separaciones e infidelidades, secuestros, violencia doméstica.
– El campo laboral: seguridad informática, bajas laborales fingidas, hechos ilícitos o hurtos sistemáticos, informes pre-laborables, robos de datos, fraudes y extorciones.
– El campo empresarial: simulación de siniestros para cobrar pólizas, contra espionaje industrial, tráfico de capitales, corrupción, acaparamiento y especulación, entre otros.
El detective privado realiza eficientemente su labor de vigilancia, seguimiento, análisis y elaboración de informe con evidencias sustentables. Es aplaudible el gigantesco papel que realizan a pesar de las limitaciones impuestas, además de ser rentables en este tipo de profesión, ya que son capaces de ahorrarles a las compañías aseguradoras con su colaboración aproximadamente hasta un 60% de lo reclamado.
Entre las técnicas e instrumentos que usan los detectives privados y deben hacer malabares primero para adquirirlos y luego pasar desapercibidos y no ser captados haciendo su labor de inteligencia están: una computadora portátil, equipo de grabación como las videocámaras de alta resolución, cámaras de fibra óptica, grabadora digital de audio, micrófonos, audiófonos, encriptadores, localizadores GPS, scanner y detectores, bolígrafos espías, reloj de pulsera espía, teléfono móvil de última generación como los androides, con contrato que le otorgue suficiente saldo y otros accesorios necesarios.
Todas estas funciones y más están dentro del oficio de los detectives privados que los convierte en las personas indicadas a contratar cuando se presume un conflicto o se encuentra ya inmiscuido en alguna dificultad. La inversión de unos cuantos euros podrían permitir ahorrase una suma mucho más cuantiosa.
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